Cómo ser tanatopractor
Aunque el nombre no resulte demasiado familiar, el trabajo de un tanatopractor es tan antiguo como la propia humanidad, ya que, conservar un cadáver y darle el mejor aspecto posible para recibir el último adiós, es un hecho presente en todas las culturas y civilizaciones. En la actualidad, este es un trabajo de alta demanda e inserción laboral, además, muy bien remunerado, aspectos que lo convierte en una interesante y prometedora salida laborar. Si te planteas esta opción de futuro, te contamos cómo ser tanatopractor, una profesión cada vez más valorada que requiere estudios especializados y habilidades personales muy concretas.
¿Qué es la tanatopraxia?
Etimológicamente, esta palabra procede del griego, de la unión de ‘thanatos’, que significa muerte, y ‘praxis’ o práctica. La tanatopraxia podría definirse como el conjunto de acciones y técnicas aplicadas al cuerpo de una persona fallecida como preparación, previa y necesaria, para que el cadáver pueda ser expuesto en las mejores condiciones posibles durante el velatorio, en la despedida que le brindan sus seres queridos.
La tanatopraxia no se limita únicamente al aspecto estético de un cadáver, sino que se encarga de realizar acciones múltiples de higienización, conservación, restauración, en caso necesario, y finalmente retoque estético, aunque la imagen final, incluyendo el maquillaje o el peinado de cadáveres, forma parte de las técnicas de tanatoestética.
¿Qué es un tanatopractor?
El tanatopractor es el profesional que cuenta con la formación necesaria para poder manipular correctamente un cuerpo fallecido, utilizando técnicas específicas y aplicando protocolos de salud y seguridad. El empleo de utensilios quirúrgicos y de sustancias químicas conservadoras es parte de este trabajo, que tiene como objetivo lograr que un cadáver se conserve en buen estado y tenga un aspecto lo más cuidado, digno y natural posible.
La profesión de tanatopractor forma parte de las actividades funerarias que se inician cuando una persona fallece. Los protocolos de higienización y conservación transitoria comienzan una vez certificada la muerte, nunca antes, y siempre que no exista algún impedimento judicial por tratarse de una muerte accidental o violenta.
El oficio de tanatopractor implica no solo la manipulación del cadáver, sino también prestar atención a los familiares del fallecido, respetando sus indicaciones y creencias religiosas en un momento especialmente delicado. Los conocimientos de anatomía, fisiología y medicina forense, las terapias psicológicas y los cuidados estéticos son los pilares básicos que combina el tanatopractor en el desempeño de su trabajo.
Requisitos para ser tanatopractor
Resulta evidente que éste es un trabajo de características muy especiales, que no todo el mundo puede realizar. Hay que estar preparado psicológicamente para desempeñarlo con naturalidad, sin miedo o aprensión y, además, poseer unas cualidades personales específicas como ser especialmente cuidadoso y detallista y contar con la suficiente habilidad a la hora de realizar complejas técnicas manuales.
La capacidad para ser respetuoso y paciente en todo momento con los allegados del fallecido y tener una mínima fuerza física para poder manejar el peso de un cadáver son también requisitos personales que resultan indispensables en el desempeño de esta labor.
Por lo que respecta al aspecto formativo y administrativo, de momento, no hay una carrera, grado o título de formación profesional que habilite para ser tanatopractor . Aun así, las empresas del sector exigen, cada vez más, una adecuada preparación teórica y práctica que garantice el ejercicio correcto de la profesión y que, además, esté avalada por algún título o certificado.
En la actualidad, para trabajar como tanatopractor en España hay que tener el Certificado de Profesionalidad en Tanatopraxia (SANPO 108), que puede obtenerse realizando en correspondiente curso, bien en centros privados especializados o accediendo a alguno de los que directamente ofrece el Servicio de Empleos Público Estatal (SEPE). El curso tiene una duración aproximada de 520- 540 horas.
Un tanatopractor aplica técnicas de higienización, conservación y restauración, que permiten exponer el cuerpo de un fallecido en las mejores condiciones posibles
No siempre es imprescindible realizarlo para obtener el certificado. Los profesionales del sector, con experiencia, que quieran tenerlo pueden solicitar la evaluación de competencias profesionales, también a través del SEPE.
El certificado habilita para el desarrollo de la profesión en el ámbito funerario, sanitario, en organismos públicos y en empresas privadas, pudiendo ejercer la actividad de forma autónoma o como asalariado.
Para trabajar como tanatopractor hay que ser mayor de edad y algunas empresas exigen presentar y tener completa la cartilla de vacunación.
Funciones de un tanatopractor
Las funciones que realiza un tanatopractor varían según el estado que presente el cadáver. Algunas, como la limpieza y la aplicación de técnicas de higienización y conservación, son básicas y similares en casi todos los casos y otras solo las llevará a cabo cuando resulten imprescindible para recomponer o mejorar el aspecto del cuerpo.
Una vez certificada la muerte y siempre respetando las normas higiénico – sanitarias y de sanidad mortuoria, el trabajo de un tanatopractor puede prolongarse durante horas realizando entre otras acciones:
- Limpieza y desinfección del cuerpo, incluyendo el drenaje de fluidos de desecho.
- Retirada de prótesis o dispositivos como puede ser un audífono o un marcapasos realizando, en este caso, la extracción con utensilios quirúrgicos.
- Aplicación de productos biocidas que hagan posible la conservación transitoria del cadáver o el embalsamamiento.
- Ejecución de técnicas de reparación o reconstitución ante posibles fracturas o heridas visibles, para minimizar el posible impacto que puedan causar al quedar el cuerpo expuesto ante familiares y amigos.
- Trabajos de tanatoestética. Maquillaje, peluquería, vestuario para dar al cadáver del difunto la mejor apariencia posible. El tanatopractor puede realizar esta labor aunque generalmente la realiza un profesional de tanatoestética.
¿Hay trabajo de tanatopraxia?
La tanatopraxia sigue siendo una profesión aún poco conocida y quizá este sea uno de los motivos por el que no demasiadas personas piensan en ella como un posible futuro laboral. A ello hay que unir que no todo el mundo está preparado para trabajar en el sector funerario.
En la actualidad hay más de 1600 empresas funerarias en España que, además, no son las únicas en las que un tanatopractor puede desempeñar su labor. Por todo ello los tanatopractores son profesionales altamente demandados con una rápida inserción laboral una vez formados, por lo que se puede decir que es un sector que ofrece importantes oportunidades laborales.
¿Cuánto cobra un tanatopractor?
El alto grado de cualificación y las particularidades personales, de respeto y empatía con los allegados de un fallecido que requiere este trabajo hace que los tanatopractores sean profesionales muy valorados, tanto por las empresas como por las personas que, tras su intervención, ven que el cuerpo expuesto de un ser querido conserva toda su dignidad.
La valoración no se limita al aspecto emocional, porque un tanatopractor gana un sueldo de aproximadamente 24.000 euros brutos anuales con un salario medio de 2000 euros al mes. Los años de experiencia y la habilidad personal de cada profesional puede hacer que esta cifra ascienda y llegue a rondar los 2.300 – 2.500 euros/mes. De momento, la demanda de profesionales sigue siendo mayor que la oferta y eso se traduce en una banda salarial media – alta.